Playa Grande fue -alguna vez-un pueblo al que la Mar de Ansenuza, en sus avances, se llevó. Lo último en desaparecer bajo sus embates fue la capilla en honor a Nuestra Señora de la Merced.
Varias familias perdimos durante la última crecida de la laguna -en el 2001 y 2003- nuestras humildes casas de descanso. Sin embargo, hemos levantado otras porque amamos este lugar de paz.
viernes, 13 de febrero de 2009
Suelo unirme a alguna bandada de flamencos en los atardeceres calmos de verano sólo para sobrevolar mi propia vida del mismo modo que ellos sobrevuelan la mar.
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